Sobrino
Marcelo:
Dicen que el pasado es
historia, y es verdad. Aún sigo acordándome de él. Estoy fuera,
sin embargo, ya de su vida. En un silencio que hace daño. Corrían
tiempos muy difíciles. Aún siento rencor por la situación de esta
España franquista, en la que vivimos oprimidos por falta de
libertad.
Estaba
enamorado, completamente enamorado de alguien con quien jamás podría
ser yo. Alguien a quien nunca podría decirle en público <<
te quiero >>.
Todos sus sentimientos quedaron ocultos en coplas. Coplas en las que
no paraba de mencionar ese amor no correspondido y que la censura no
era capaz de entender.
¿Por
qué no te casas niño?
dicen por los callejones.
Yo estoy compuesto y sin novia
porque tengo mis razones.
dicen por los callejones.
Yo estoy compuesto y sin novia
porque tengo mis razones.
Miguel
no era feliz en España por lo que se vio obligado a marchar a
Argentina y posteriormente a México. Intentó rehacer su vida,
aunque para mí, era algo imposible. “Olvida el pasado, no volverás
a verlo”, me decía para intentar convencerme con palabras huecas.
No
es fácil olvidar el verdadero amor, Marcelo. El dolor persiste como
si el ayer no existiera. Pero ya han pasado 12 años y los tiempos
apenas han cambiado. Por lo que aquí estoy yo.
Intentando que todos
tengan la posibilidad de estar con alguien, libremente, como yo no
pude estar con Miguel.
Nunca
te rindas. En el interior de tu corazón debes alimentar la rebeldía.
No tengo la oportunidad de vivir en libertad, por eso intenta vivir
tu vida sin que nada te aleje de lo que deseas de verdad.
Un
fuerte abrazo de tu tío, condenado injustamente, por la ley de vagos
y maleantes.
Julio
Oise
CÁRCEL
DE BADAJOZ, ENERO DE 1966
P.D.:
Te envío con esta carta el último recuerdo en forma de cartel que
tengo de él.
(Nota del editor: Tenemos el cartel original que se cita en la carta del tío de Marcelo).
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