EXPEDIENTE Nº 14.024
NOMBRE DEL DEMANDANTE: MARCELO OISE VALENCIA
AÑO: 2010
CONCLUSIONES FINALES
Presidenta Asociación CUNA Asociación Niños Robados
NOMBRE DEL DEMANDANTE: MARCELO OISE VALENCIA
AÑO: 2010
CONCLUSIONES FINALES
Aunque me siento orgullosa de ser la presidenta de honor de esta asociación, quiero dejar constancia del duro y arduo trabajo que en algunos momentos realizamos en busca de madres que han perdido a sus hijos. Desde 1938 a los años 90, más de 300.000 niños fueron separados de sus familias de forma irregular. Muchos de estos casos siguen aún con el expediente abierto. No hemos encontrado a sus familias.
El caso que acabamos de cerrar tiene un final atípico. Llevo años perteneciendo esta asociación y nunca me ha pasado. ¡La desesperación de una madre en un momento puntual de su vida puede generar reacciones tan diferentes y a la vez, tan comprensibles!
Hace unos mes llegó a “CUNA” Marcelo. Necesitaba buscar a sus padres porque pensaba que era adoptado. En ese momento, comenzamos juntos la andadura hacia la verdad. Desde siempre ha creído que es adoptado. Tras muchas investigaciones, pruebas, visitas a personas y hospitales, encontramos en los archivos el nombre de la madre biológica. Ante la negativa de la madre por recibirnos. Y sin imaginar las razones, nos presentamos directamente en la casa. Y, aunque de manera hostil, por su parte, la convencimos de que los hechos estaban más que probados. Pero la respuesta de la madre fue esta:
<No eres un niño robado. Eres un niño dado en adopción totalmente con mi consentimiento. Era huérfana desde los 6 años. Mi tía enferma, con la que me fui a vivir junto con mi hermana de 4 años, tenía un hostal en el que tuve que trabajar y ayudar desde ese momento. Lavaba, planchaba y ayudaba en la cocina todo el día. Aún así, casi no tenían para comer. Con 13 años, conocí a un joven y me quedé embarazada. En la primera visita, aquella monja tan buena me lo explicó. El bebé no pasaría hambre, podría estudiar y ser feliz. Era una mujer muy buena, me atendía siempre lo mejor que podía. Me ayudaron durante los nueve meses. El pacto con la familia adoptiva fue que dijera que el bebé había muero al nacer.
Mi corazón se congeló y yo dejé de sentir cuando te cogieron de mis brazos. Mis ojos ardían al ver cómo te sacaban de aquella habitación y no te iba a ver más. Perdí las fuerzas, las ganas de respirar, el dolor en el pecho era constante. Me arrebataron mi vida cuando deje de verte. Más tarde, volví a cobrarla cuando conocí al que ahora es el padre de mis hijos.
No quiero saber nada de ti Marcelo, sé que te dejé en buenas manos, tomé una decisión y juré llevarla a cabo durante toda mi vida. Tengo una vida con hijos y un marido maravillo. Sería incapaz de cambiales ahora toda su vida. Todo va bien y a ti así deberá seguir>.
Nos fuimos de allí. El silencio solo se interrumpió para darnos las gracias por todo. Tan contrariado como nosotros, Marcelo añadió:
< ¿Cómo enjuiciar una actuación así? Mi madre actuó con el corazón. Tengo siempre una gran intensidad en mis decisiones, será genético. El cariño que me ha demostrado entregándome a una familia para que me cuide a cambio de su sufrimiento, refrenda la gran mujer que es. He tenido mucha suerte. Por favor, indica esto en el informe>. De lo que doy fe con mi rúbrica.
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