Dicen que cuando una mascota convive el suficiente tiempo
con una persona, acaban, aunque parezca extraño, incluso pareciéndose. No sé si
será cierto. Desde que era pequeña el amor por estos animales ha hecho que me
guste observarlos y que me llamé mucho la atención lo que los rodea. A veces veo
en ellos una vida auténtica que en los amos me cuesta deducir.
Supongo que mi amor por los animales abandonados me ha
hecho formar parte muy activa de los voluntarios del refugio “SAN ANTON”. Todos los días, incluido, domingos, los saco a pasear por Morón
de la Frontera. Soy un espectáculo para todo el mundo, porque a veces, saco a 7
a la vez. Y esa imagen no pasa desapercibida para nadie. Y claro, alguien que
me conoce me dejó una pequeña caja en el escalón de la entrada de mi casa. Al
abrirla me encontré con un collar, tenía aspecto de ser antiguo y de haber sido utilizado durante un largo
tiempo. Cuando fui a guardarlo me di cuenta de que había algo escrito en la parte trasera de
aquel collar, una nota con una iniciales :
"El perro es el único ser que te quiere más que tú
mismo." MOV
Después, sorprendida
aún, me di cuenta que en la pequeña caja había otra nota que contenía otra
frase: "La grandeza de una nación y su progreso moral puede ser juzgado
por la forma en que sus animales son tratados." (Por cierto, desde
entonces, es nuestro lema en la Asociación). Para mi sorpresa en esa
nota se completaban las iniciales del collar: Marcelo Oises Valencia.
No lo conozco, ni sé qué perro tendría, pero en algo se
parecerían sin duda ambos: el amor por los otros, la comprensión por todo ser
viviente, la dignidad.
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