Nota del editor: Esta carta no se ha publicado en el DIARIO DE MORÓN. Pero a nosotros nos ha llegado y creemos necesario publicarla. Adjuntamos el correo enviado por el hermano de Marcelo.
Soy
Gabriel Oise Valencia, la mayoría de los fieles lectores que aún
leen un par de páginas mal tintadas no me conocerán, ya que nunca
he sido muy dado a sociabilizar. Me presento, soy el hermano del
cadáver al que todo el mundo se cree con derecho a opinar, soy el
hermano de Marcelo.
Me
han comunicado su muerte hace apenas 24 horas, y sin embargo, aquí
me hallo, escribiendo palabras llenas de dolor y resentimiento hacia
todas aquellas personas que hablan injurias sobre él. La hipocresía
que merodea a los habitantes de este pueblo es tal, que mi mente se
encuentra reacia a esa idea. Las personas se creen con derecho a
opinar y hablar sobre alguien a quién ni siquiera le dieron la
oportunidad de conocer.
Aún
tocan a mi puerta o llaman a mi teléfono personas que no recuerdo la
mención de su nombre en boca de mi recién fallecido hermano, para
hablar conmigo unos escasos y banales minutos en las que solo
palabras de calumnia salen de sus falsas bocas.
Las
personas nos hacemos daño unas a otras, en ocasiones sin querer
hacerlo y otras muchas a conciencia. Es por esto que mucha gente
incita a la mentira y a los falsos rumores sin pruebas ninguna. Si
todas aquellas personas que hablan injurias sobre mi ex-compañero de
aventuras lo hubieran conocido tan solo un tercio de lo que yo lo
hice, no dirían lo que ahora afirman con total seguridad.
Por
ello escribo a este periódico, para informarles a todos aquellos que
leen este medio de comunicación, que dejen la hipocresía de lado y
apelen a la razón. No inciten a la maldad y al odio.
Firmado:
Gabriel Oise Valencia
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