Soy el Capitán del Morón
C.F. en esta temporada 2016/2017. Llevó años mereciendo este honor.
Como lleva años ese extraño espectador que se encuentra apartado de
la gente, en un asiento solitario de la esquina de la grada. Un
anciano, serio y solitario que observa cada partido con detenimiento,
sin quitarle ojo al terreno de juego, cada jugada, cada pase…, y
que se fija en mí claramente. Cada vez que nos cruzamos las miradas,
se quedaba inmóvil, con algo entre las manos: una especie de tela no
muy larga, de apenas 10 cm que no le importa mostrarme, como una
señal.
Ahora
ya sé lo que es. En mi taquilla, sin que nadie lo advirtiera, me he
encontrado con un brazalete que me resultaba familiar, y juraría
haberlo visto antes, lo extraño es que llevaba grabado una frase :
“Felices los valientes, los que aceptan con ánimo parejo la
derrota o las palmas. (J.L Borges)”. En ese instante me quedé
perplejo con aquel mensaje, no entendía nada, hasta que de repente
se me vino a la cabeza la imagen de aquel señor y lo que tenía
entre sus manos durante todo el partido.
¿Me estaría dando una
lección para mejorar como futbolista? Desde luego, ese brazalete es
ahora mi seña de identidad y no sé si seré mejor futbolista, pero
mi actitud es distinta ahora que comprendo su significado. Sin
embargo, desde entonces, ya no lo veo en las gradas. He preguntado a
los demás jugadores, al entrenador, a los utilleros, pero solo uno
de los empleados me ha dado una mínima información. Se llama, por
lo visto, Marcelo Oise Valencia.
Nota del editor: El brazalete lo tenemos en nuestro poder.
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