Ayer,
después de 25 años de la inauguración de nuestro gimnasio, el
Athletes' gym, resolví una de las dudas que más habladurías y
comentarios hemos tenido desde 1990. ¿Qué hacía aquel tipo en
nuestro local? Desde
su inauguración no ha faltado ninguna semana, creo recordar. ¿Por
qué usaba siempre la misma máquina de correr?, ¿por qué solo
andaba en ella? Siempre distraído. En lo suyo. Pero
por fin hoy lo he sabido. Aceptó mi invitación por el aniversario,
por inverosímil que parezca. Y he tenido la oportunidad de
preguntarle. Es un tipo con mucha parla. Creo que podrías pasar
horas con él y no aburrirte. Aunque en nuestras instalaciones apenas
intercambió palabra alguna con el resto de usuarios.
Parece
ser que lo que empezó siendo hacer un poco de ejercicio debido a su
diabetes, terminó alejándolo de sus problemas personales y de la
soledad. Le pregunté por la obsesión de persistir justo detrás de
las elípticas y pegado a las cristaleras de la piscina climatizada.
Sus palabras literales me dejaron boquiabierta. Me dio toda una
lección de física aplicada en un minuto: “Si
a cualquier ser humano normal le dices que la bicicleta se llama
elíptica porque los pies describen una elipse, se quedará
tranquilo. Pero si esa persona ha estudiado variedades de geometrías
diferenciales y sabe que elipse significa algo más concreto que
curva
en forma de óvalo…
tendrá preguntas. Preguntas que, si uno es prudente, guardará para
sí, pero que rondarán inevitablemente su cabeza. De modo que,
después de entrenar y ducharme, hago la siguiente simulación para
constatar que, en general, los pies no
trazan una elipse
en la máquina elíptica. Esas máquinas nunca me sedujeron porque no
me convenció su efectividad en las matemáticas, tanto como lo hacen
los números en el caso de minutos, velocidades.. que sirven para
dosificar cantidad de tiempo, calcular calorías, etc.”
Me
quedé flipando. El tipo debió de leer en mi cara la sorpresa, se
despidió con rapidez y sospechosamente no apareció más por el
local.
Nota del editor: Dibujo original de Marcelo Oise Valencia,
encontrado entre sus cosas
Comentarios
Publicar un comentario