Ir al contenido principal

RECUERDO/HOMENAJE ANÓNIMO EN LIBRO CONMEMORATIVO


Aún recuerdo mi clase. Corría el año 1956, teníamos tan solo 11 años. Él estaba en mi clase, coincidimos juntos entre estos muros del número 5 de la Plaza del Duque de Pastrana. Recuerdo que era un chico curioso, demasiado inteligente, sobresalía en todas las clases. Por lo que tenía entendido su situación familiar no era demasiado buena. Sin embargo, en clase nadie lo trataba bien, es más, muchas veces se burlaban de él e incluso le pegaban en los recreos. Sin embargo, nunca he escuchado a Marcelo protestar ni quejarse a ningún maestro por ello. 
             
Siempre iba con una libreta y una pluma, pero nunca me atreví a preguntarle qué es lo que escribía en ella, supongo que apuntaría todas las dudas que en clase preguntaba, ya que siempre tenía muchísimas preguntas. No considero que Marcelo fuese un chico vergonzoso, solo que nadie, en este colegio, le dio nunca la oportunidad para que pudieran conocerlo.

En 1957, cuando tenía 12 años se mudó a un pueblo de Sevilla, no sé cuáles fueron los motivos, simplemente sentí un vacío al ver su pupitre sin él el curso siguiente. Se despidió de mí y de pocas personas más supongo. Todavía recuerdo sus últimas palabras en la escalinata junto a la Biblioteca donde solíamos ir: “Tal vez no existen los buenos y los malos amigos; tal vez sólo hay amigos, gente que nos apoya cuando sufrimos y que nos ayuda a no sentirnos tan solos. Tal vez siempre vale la pena sentir miedo y esperanzas, y vivir por ellos”. Imagino que habría leído esa frase en algún libro, porque ningún niño con 12 años definiría la amistad tan bien, salvo Marcelo Oise Valencia. Desde entonces nunca he podido saber nada más de él, ni siquiera si aún sigue vivo. Por eso he querido dejar de mi puño y letra, en este libro conmemorativo, su recuerdo... El homenaje de lo mejor que me pasó en Nuestra Señora del Recuerdo, va para él, se lo merece por todo lo que pasó y por su forma de ser. Aunque solo unos cuantos privilegiados fuimos conscientes de la suerte que fue coincidir con un niño como él.

NOTA DEL EDITOR: Página encontrada en el Libro Conmemorativo del Centenario del Colegio Nuestra Señora del Recuerdo, Madrid. Allí se supone que estudió Marcelo durante una época de su infancia, según este documento.

Comentarios

Entradas populares de este blog

UN CAFÉ AGRIDULCE CON AMIGOS

Aún recuerdo aquella mañana con horror cuando tenía que haber sido un día feliz. Un día de reencuentro con compañeros de la mili que la magia de Facebook se había encargado de lograr. Nos encontrábamos en una céntrica cafetería sevillana, José Luis Galindo, mi amigo de La Algaba, Antonio Moreno, de Sevilla, Marcelo Oise y yo. El tiempo volaba. Todos permanecíamos abducidos por las ansias de saber qué había sido de nosotros después de tanto tiempo..., cuando Marcelo nos hizo callar mientras contemplaba en pie estupefacto la televisión. Todos imitamos el gesto de Marcelo y observamos las imágenes casi por inercia, sin saber de qué se trataba. Cuánto horror en un momento. Una furgoneta a toda velocidad arremetía indiscriminadamente contra todos los transeúntes que encontraba a su paso a lo largo del puente de Londres causando varios muertos. Poco a poco la información se ampliaba con más detalles del terrible atentado. Con firmeza soltábamos improperios

MENSAJES INQUIETANTES EN UNA CONVERSACIÓN DE WHATSAPP

 (Pincha para ampliar)  (Pincha para ampliar)  (Pincha para ampliar)  (Pincha para ampliar) NOTA DEL EDITOR : Última conversación hallada en el móvil de Julia Sánchez Gijón entre ella y María Salas Martínez, las dos niñas torturadas y asesinadas que fueron encontradas en la casa del principal sospechoso, Marcelo Oise Valencia desaparecido desde el 02/07/17.

LA OBRA, EL LIBRO

Como en las dos primeras entradas de este blog, dedicamos esta última a cuestiones docentes y metodológicas. Nuestra intención era hacer un libro colectivo, al azar, basado en Aub y Saporta. Es decir, un libro de hojas sueltas, sin numerar, que supone admitir que cada lectura viene condicionada por la decisión del lector al enfrentarse a la obra. Al final se consiguió jugar con el azar, no sólo por el detalle anterior, sino también, por el modo de escritura 'a ciegas", de cada uno de los participantes de este experimento literario en el aula. Dejamos aquí algunas imágenes del resultado final:   Cada historia, cada perspectiva sobre la vida de Marcelo supone una hoja suelta. En la imagen no aparecen algunos documentos "históricos" con el que se han completado esos relatos por parte de los escritores participantes.  Como se aprecia en la imagen de arriba, no hay mejor objeto que sirva de receptáculo a la obra, que la carcasa de las antiguas cintas de ví