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BREVES PINCELADAS SOBRE LA VIDA DE MARCELO OISE VALENCIA

Marcelo Oise Valencia (Madrid, 1945- Morón de la Frontera, 2017). Físico y matemático de formación. Pocos datos sabemos de su vida, no en vano, era un tipo corriente. De precaria salud, tuvo una infancia difícil. A los 12 años, por motivos laborables de su madre se traslada a la campiña sevillana, concretamente a Morón de la Frontera donde pasa el resto de sus días. No se le conoce trabajo remunerado alguno (tal vez porque la herencia familiar le permite vivir con cierta comodidad, aunque no con grandes alardes), aunque es un apasionado de todas las artes, de todos los actos culturales y asiduo de bibliotecas, librerías, etc.

         Aunque los testimonios son contradictorios (se le ha tachado de prepotente y humilde, de avaro y generoso; para algunos es huraño y desagradable, para otros simpático, irónico y cordial) hay algunos detalles de su personalidad que le caracterizaban en el trato con todo aquel que lo conocía: por un lado, un marcado carácter escéptico, mezclado con un cierto aire melancólico (no tristeza, muchos le han visto reír a carcajadas, sino una visión de la realidad y del ser humano que denota cierta falta de esperanza en el propio hombre y su capacidad de alcanzar la felicidad o cambiar la sociedad para que la vida se aproxime a ese fin). Por otro, el recurso permanente a anécdotas, curiosidades científicas, acertijos, juegos lógicos o de palabras y ocurrencias de todo tipo (en especial de los llamados aforismos, ya sean propios, apócrifos o inventados- tanto el aforismo, como el autor del mismo...), hacían de él un personaje cuando menos curioso. Por esta característica de su personalidad, a veces, era incomprendido y eso le llevó a muchos malentendidos a lo largo de su vida. Pero también le brindó cierta fama o al menos, cierto atractivo hacia todas las personas que lo conocieron, aunque fuera de manera esporádica o de pasada.


OTROS DATOS INSIGNIFICANTES O LO CONTRARIO:

·        Su profesor de matemáticas en el Colegio de Jesuitas admitió que nunca había conocido a un niño con tanta curiosidad como él, pero tampoco, a ninguno que tuviera esa curiosidad y se cansase tan pronto de todo. Y añadía siempre: Lo que la naturaleza da, la naturaleza lo quita.

·        Niño disciplinado, nunca faltaba a clases.

·        A principios de junio del 68, las noticias de lo que ocurría en Francia en aquellas fechas lo absorbió tanto que estuvo tres días seguidos sin comer ni hablar con nadie, e intentó, no sin dificultad, informarse de todos esos acontecimientos que lo marcaron sin duda.

·         Otro hecho relevante que conocemos es un dato médico de su historial clínico. Después de asistir con perplejidad a un extraño concierto ZAJ (ver en el Archivo de NO-DO (si abres el desplegable de este blog, arriba, a la derecha, podrás ver el famoso concierto), a partir del minuto 6:48), ni corto ni perezoso se dirigió al Hospital para hablar con un psiquiatra. Quería saber si estaba loco de atar. El diagnóstico fue negativo.

·        Durante la inauguración de la EXPO 92 fue un manifestante anónimo en contra de la misma. Sin embargo, no pudo resistir la tentación de visitar todos y cada uno de los pabellones y espectáculos de la Exposición Universal.

·        Nunca hablaba de fútbol, ni leyó el MARCA. Aunque sí entendía de ese y otros deportes. Era defensor de los derechos de los animales, sin embargo, era abonado en la Maestranza y no faltaba a ninguna corrida.

·        AÑADIR MÁS DATOS SI SE CREE CONVENIENTE.

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